La jaula

Descubrió, muy a su pesar que los barrotes de su jaula, aquella por la que tanto había llorado, estaban recubiertos de sus miedos, barnizados con sus fustraciones.

El acabado mate de aquel metal no le dejaba ver la verdad hasta ese día, su propia firma en aquel objeto al que culpaba de su encierro, su autoría en el crimen que se cobró como víctima su más preciada compañera, su libertad.

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